En la parábola de las diez vírgenes esperando al novio, cinco de ellas llevaban aceite de reserva, mientras que las otras cinco no. A las que tenían aceite se les llama sabias; a las que no, se les llama necias. El aceite representa al Espíritu Santo y la luz de la lámpara a la Palabra. Es decir, todas las vírgenes tenían sus lámparas, pero no todas llevaban aceite extra.
La Palabra de Dios está disponible para todos. La mayoría tiene una Biblia en su casa, pero no todos han desarrollado una relación con el Espíritu Santo, el "aceite extra". Este aceite adicional simboliza sacrificio, entrega, amor, intimidad, búsqueda diaria, morir al ego para permitir que Cristo viva en nosotros.
La Escritura nos dice: “Cinco de ellas eran necias, y cinco eran sabias. Las necias no llevaron suficiente aceite de oliva para sus lámparas, pero las sabias llevaron aceite extra. Como el novio se demoró, todas se durmieron. A medianoche se despertaron al oír un grito: ‘¡Miren, ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!’” (Mateo 25:2-6, NTV).
Todas las vírgenes esperaban al novio, pero no todas estaban preparadas. De la misma manera, muchos de nosotros estamos esperando a Jesús, pero no estamos listos. Aunque no sabemos cuándo regresará, Él prometió volver por su iglesia y cumplirá su promesa.
Sin embargo, muchos de nosotros estamos como las vírgenes necias, descansando en nuestros logros pasados y en nuestro conocimiento adquirido, pero faltos de una relación viva con el Espíritu Santo. Nuestras palabras y acciones, lejos de acercar a otros a Cristo, los alejan.
No estamos preparados para su regreso. Creemos que lo que tenemos hoy es suficiente para toda la vida, pero podríamos ser sorprendidos. Hoy te invito a ser una persona sabia, que con la ayuda del Espíritu Santo, vivamos lo que hemos aprendido de la Palabra de Dios.
Escrito por Víctor Preza, basado en la prédica del 05/10/2024.
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