En nuestro deseo de conocer a Dios, solemos acercarnos a una iglesia para aprender de Él. Recibimos enseñanzas y herramientas para profundizar en Su conocimiento, pero a veces solo lo conocemos a medias.
¿Por qué a medias? Porque no lo buscamos diariamente. Esto nos lleva a entenderlo parcialmente y vivir con un temor incompleto por no conocerlo plenamente. Esta realidad afecta nuestra obediencia, que también queda a medias, y hace que los resultados de nuestras acciones no sean los que esperamos.
Nos cuestionamos si vale la pena seguir a Dios, si realmente existe, o si Él está interesado en nuestras vidas. La falta de conocimiento y entendimiento nos llena de temor, especialmente en momentos cruciales: cambiar de trabajo, mudarnos, casarnos, tener hijos, estudiar o servir.
Creemos que si algo es "bueno", "fácil" o "nos gusta", debe ser de Dios. Sin embargo, esto no siempre es cierto. Dios no hace las cosas a medias; todo lo que Él hace es completo y perfecto.
¿Acaso Jesús quiso ser crucificado? ¿Noé deseaba construir un arca? ¿Daniel quería ser consejero de un rey enemigo? ¿Gedeón deseaba ir a la guerra? ¿Moisés anhelaba enfrentarse al Faraón?
La Biblia está llena de ejemplos de hombres que enfrentaron lo que no deseaban porque obedecieron a Dios con amor. Cambiaron sus vidas, las de sus familias y las de sus pueblos, y sus historias nos transforman aún hoy.
¿Estás haciendo algo que no te gusta, pero sabes que Dios te ha pedido hacerlo?
• Si tu respuesta es sí, continúa. Lleva tu temor a los pies de Jesús, déjalo ahí y confía más en Él.
• Si tu respuesta es no, ¡felicitaciones! Continúa obedeciendo lo que Dios te ha mandado a hacer.
Escrito por Víctor Preza basado en la predicación del día 04/01/2025.
Comments